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Luis Lacalle Pou, el primer presidente de la región en recibir la tercera dosis contra el coronavirus

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, se convirtió en el primer mandatario de la región en recibir una tercera dosis de la vacuna contra la Covid-19, un refuerzo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide evitar para redirigir esos inoculantes a países en los que la inmunización va muy retrasada.

Luis Lacalle Pou, el primer presidente de la región en recibir la tercera dosis contra el coronavirus

En la sede del Círculo Católico de Montevideo y con una vestimenta inusualmente casual por su cargo, Lacalle Pou recibió una dosis de la vacuna del laboratorio Pfizer.

El mandatario había recibido antes dos dosis de Coronavac, del laboratorio chino Sinovac, el 29 de marzo y el 26 de abril, en ambos casos en el Hospital Maciel.

«¡Tercera dosis! Una vez más, gracias a todo el equipo de vacunación de nuestro país. Nos sentimos muy orgullosos de ustedes», escribió Lacalle Pou en su Twitter, al que subió además dos fotos.

Otro mandatario a quien ya le aplicaron la tercera dosis es el de Israel, Isaac Herzog, ya a fines de julio y como lanzamiento de una campaña de su país para dar dosis de refuerzo a las personas mayores de 60 años.

Según el monitor de vacunas del Ministerio de Salud Pública, en Uruguay ya se aplicaron 5.484.963 de dosis: 2.657.248 de la primera (que corresponde al 75% de la población), 2.495.797 de la segunda (70, 44%) y 331.918 de la tercera.

Uruguay es uno de los cinco países que ya empezaron a administrar terceras dosis. Los otros cuatro son Turquía, Israel, Chile y Hungría.

Pero en septiembre se sumarán a esa modalidad Francia, Alemania y Brasil, en base al temor que genera la ola de contagios que desató la variante Delta, y desde el 20 del mes próximo hará lo propio Estados Unidos. Es muy probable que se sumen luego Reino Unido y China.

La OMS, sin embargo, sigue pidiendo a todos los Estados que no administren una tercera dosis de refuerzo -para la que además no hay además evidencia científica que avalen su eficacia- y que redirijan esas vacunas a los países que apenas inmunizaron a un número muy pequeño de su población, principalmente porque no logran a acceder a estos medicamentos.